Quienes somos

Sobre la libertad

Actividades

Contacto

CAMBOYA EN LOS ANDES

Enrique Ghersi*

Diciembre 1996

LIMA (AIPE).- Por una misteriosa situación de la historia, tal vez el Perú es uno de los países en los cuales la noticia de la muerte -verdadera o falsa- de Pol Pot adquiere mayor importancia. Fundador del Khmer Rouge y responsable del genocidio en Camboya entre abril de 1975 y enero de 1979, Pol Pot es también autor intelectual de la tragedia peruana.
Difícilmente este misterioso y fanático guerrillero podría suponer que a cientos de miles de kilómetros de distancia, en medio de los Andes, un grupo no menos enardecido de intelectuales de clase media provinciana peruanos iban a encontrar en su prédica y en su personal interpretación de la variante más sanguinaria de la Revolución Cultural Maoísta una inspiración y una guía. En efecto, el Partido Comunista del Perú "Por el Sendero Luminoso de Maríategui", popularmente conocido como Sendero Luminoso, es el hijo putativo de Pol Pot en América Latina. Abimael Guzmán Reynoso, émulo misterioso y encarcelado del supuestamente fallecido Pol Pot, es su líder principal.

Entre 1980 y 1992 Guzmán Reynoso dirigió Sendero Luminoso y desató sobre el Perú una cruenta guerra civil que, acciones terroristas vesánicas como pocas, dio lugar a una atroz matanza. La carnicería senderista alcanzó notables proporciones, llegando a constituirse en uno de los genocidios más dramáticos de América Latina; continente que, por lo demás, no tiene antecedentes de conflictos violentos como el que padecimos en aquella oportunidad.

¿Qué pudo vincular al extraño Pol Pot con el no menos transparente profesor de filosofía Kantiana Abimael Guzmán? El culto por el terror o acaso la obnubilación ideológica se convirtieron en elementos determinantes de una filosofía capaz de convertir anhelos e insatisfacciones en la hoguera más horrenda de violencia y destrucción.

David Galula, en su ya clásico libro acerca de la subversión comunista, estudiaba los fenómenos insurreccionales en Indochina. Entre ellos sin duda fue el camboyano el que alcanzó niveles mesiánicos, ideológicos y políticos más violentos. Es todavía un misterio este transplante de la ideología maoísta camboyana a los andes peruanos, pero lo es todavía más la no menos misteriosa revancha que del lado de las fuerzas de seguridad se desarrolló.

En efecto, en Camboya, antigua colonia francesa, así como en el resto de Indochina las fuerzas de seguridad estuvieron originalmente organizadas por la antigua potencia colonial. En el caso del Perú, en una extraña voltereta en el tiempo, el ejército peruano también fue reorganizado por Francia que, desde su práctica destrucción a raíz de la guerra del Pacífico a finales del siglo pasado, tuvo una misión militar en el Perú por más de 50 años, calcando en nuestras fuerzas armadas la experiencia colonial de aquel país.

Así, mientras la misión militar peruana iba forjando un ejército a imagen y semejanza de los legionarios en Argelia, en la Universidad de Ayacucho un grupo de catedráticos iba rumiando su insurrección inspirados en la guerrilla camboyana.

Por esos misterios insondables de la historia, la vieja guerra colonial de Indochina vino, entonces, a reproducirse en los Andes Peruanos. De un lado Abimael Guzmán, fiero émulo de Pol Pot y profesante radical de su maoísmo iluminado, enfrentándose al ejército peruano, aprovechado émulo y disciplinado alumno del viejo ejército colonial francés. Nuevamente unos frente a otros. Como si nada hubiese pasado en el tiempo. Francia en América Latina y Camboya en los Andes. Una guerra simbólica y ritual repitiéndose con el estertor de la muerte. ¿Cómo explicar este misterio no menos asombroso que el hecho de que todos los presidentes del Perú tienen como segunda lengua el francés?

_____* Abogado y escritor peruano, coautor de “El otro sendero”.

 

^^ Arriba

CITEL promueve la libertad en los campos político, social y económico contribuyendo al establecimiento de las instituciones legales necesaria que universalicen la propiedad