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Por cuarto año consecutivo, el Seminario Internacional “América Latina: Oportunidades y Desafíos”, organizado por la Fundación Internacional para la Libertad presidida por Mario Vargas Llosa, se llevó a cabo en la Universidad de Lima. El evento tuvo lugar en nuestro Auditorio Central y congregó a ex presidentes, políticos y pensadores que reflexionaron sobre el presente y futuro de la cultura de la libertad y de la democracia en un mundo en el que el populismo y el autoritarismo son amenazas que están lejos de desaparecer.

Venezuela y el destino de Latinoamérica

En la apertura del seminario participaron Óscar Quezada, rector de la Universidad de Lima; Enrique Ghersi, director del Centro de Investigación y Estudios Legales (Citel); Lilian Tintori de López, esposa de Leopoldo López, líder opositor venezolano que está preso; Mitzy Capriles de Ledezma, esposa de Antonio Ledezma, alcalde metropolitano de Caracas que también está encarcelado; y Mario Vargas Llosa.

Nuestro rector llamó la atención sobre “el profundo subdesarrollo cultural y cívico en América Latina y, por el otro lado, la pobre valencia ética de los valores que debieran articularse con la libertad”. Para revertir esta situación, Quezada puntualizó: “Solo una fuerte inversión pública y privada en educación puede crear las condiciones que permitan construir de modo progresivo una praxis libertaria consistente, coherente y cohesionada, en la que el diálogo inteligente y tolerante sustituya a las estrategias de la prepotencia y de la violencia”.

Luego fue el turno de Mario Vargas Llosa. El ganador del Premio Nobel de Literatura 2010 señaló que el primer bloque del seminario estaría dedicado a Venezuela, un país en el que “se está decidiendo el destino de Latinoamérica”. Vargas Llosa criticó la represión de las libertades y las prácticas autoritarias impuestas por el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, cuya gestión calificó de controlista y responsable de haber conducido a ese país a una severa crisis política, económica y social. Asimismo, Vargas Llosa criticó la renuencia de más de un gobierno democrático de la región a condenar los excesos y la corrupción que se están produciendo en Venezuela. El escritor subrayó: “Qué vergüenza que en América Latina haya tan pocos gobiernos que hayan invitado a las instituciones y a los países que condenan los atropellos y los abusos contra la libertad que se cometen a diario en Venezuela”.

Después intervinieron Lilian Tintori de López y Mitzy Capriles de Ledezma. Ambas fueron recibidas con un gran aplauso. Ellas sostuvieron que Venezuela necesita de la solidaridad internacional para recuperar la democracia y la libertad de los presos que son víctimas de una feroz persecución política. Tintori de López indicó: “El actual sistema de Venezuela está al borde del abismo. Tenemos que prevenir lo prevenible y tenemos que levantar la voz por los que no pueden hablar”. Por su lado, Capriles de Ledezma acotó: “Hoy me siento más firme que nunca y dispuesta a continuar en esta lucha por la libertad de nuestros presos. Junto con Lilian tengo la convicción, como ella siempre dice, de estar en el lado correcto de la historia”.

Desafíos de la libertad

También participaron Andrés Pastrana, ex presidente de Colombia; Marta Lucía Ramírez, ex ministra de Defensa de Colombia; Michael Ignatieff, ex candidato a primer ministro de Canadá; Mary O’Grady, editora estadounidense de The Americas de The Wall Street Journal; Aécio Neves, ex candidato presidencial de Brasil; Luis Lacalle Pou, ex candidato presidencial de Uruguay; Arturo Fontaine, escritor chileno; Carlos Alberto Montaner, escritor cubano; Juan Claudio Lechín, escritor boliviano; Pedro Schwartz, economista español; Antonio Escohotado, filósofo español; Fernando Berckemeyer, director del diario El Comercio de Perú; Pedro Pablo Kuczynski, economista y político peruano; y Álvaro Vargas Llosa, escritor e investigador peruano.

Varias de las ideas expuestas compartieron más de un punto en común. Una de ellas fue que a pesar de la reducción de las desigualdades, de la mejora de la calidad de vida y del progreso de la democracia en América Latina en comparación con las décadas anteriores, las tentaciones populistas en la región siguen a la vuelta de la esquina, por lo que hay que estar alertas para perseverar en las políticas correctas y evitar que el desarrollo de la democracia sufra caídas, sobre todo si se considera que es inevitable la aparición de los oportunistas que buscan capitalizar el descontento popular.

Sobre este aspecto, Berckemeyer advirtió:

“Creo que es verdad lo que decía Michael Ignatieff, que las libertades políticas y las libertades económicas son indesligables y se retroalimentan mutuamente; pero lo que está comenzando a pasar en América Latina con la desaceleración económica es que las libertades económicas son un retroalimentador cada vez menos poderoso de las libertades políticas, y eso es muy preocupante. La desaceleración, resumiendo, no tiene solamente un rol económico, es también una amenaza directa y un peligro para nuestras democracias y nuestras libertades”.

Por su parte, el ex presidente Pastrana anotó:

“Debemos enfocar nuestros esfuerzos y trabajos en una democracia sin corrupción, pero con inclusión social. Queremos buscar ese proceso gradual para todos bajo un marco global de libertades que están entrelazadas y son inseparables. Por ejemplo, las libertades económicas van de la mano de las libertades jurídicas”.

Durante la clausura, Mario Vargas Llosa ponderó las virtudes de la democracia:

“La resistencia en Venezuela está dando una batalla para librar a toda América de la plaga autoritaria. Pero con el resto de la región soy más optimista. Hoy tenemos muchos países que viven en democracia. Con todos sus defectos, la democracia es un sistema que disminuye considerablemente la violencia en nuestra vida social y que, con una política de libertad económica, puede traer prosperidad y progreso a un país, como ocurre, por ejemplo, en el Perú, que hoy cuenta con una clase media que crece y abre oportunidades”.

Finalmente, Vargas Llosa citó al pensador Karl Popper y apuntó que la humanidad, a pesar de todos sus problemas, nunca ha tenido en su historia como ahora tantos instrumentos y conocimientos para alentar las libertades y el progreso, consolidar las democracias y la convivencia pacífica, reducir la pobreza y el hambre, hacerle frente a las enfermedades y combatir otros males.

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